Bonjour, mon petit Richard. No sé hablar bien francés, sólo lo básico... pero sé hablar muy bien inglés. Sí, sí, ya sé que nadie me preguntó. Después de todo mi sermón en contra de la ensalada, descubrí una que me gustó y mucho. Probablemente con el tiempo descubra muchas más (espero). Bueno, es rara, pero es de PEPINO. Decime inmadura, pero me causa gracia decir "descubrí que me gusta el pepino". Avisame cuando digo estas boludces, Richard, que me hacés quedar mal en internet. En fin. Sábado a la noche, mirando el partido, no sabía que comer y tenía hambre. Y no, mi mamá no iba a cocinar. Así que me puse a revisar la heladera y le pregunté a mi mamá que podía comer, y me dijo "una ensalada". AY NO MADRE, QUÉ CASTIGO. Bueno, no fue la mejor respuesta que me podía haber dado, o la que yo quería recibir, no lo sé. Así que me acordé que esa mañana en la verdulería mi mamá había comprado pepino para probar. Desde que soy vegetariana, mi mamá compra cosas nuevas siempre en la verdulería y le pregunta a la verdulera cómo se cocina, con qué se come, etc. Muy copada la verdulera. Ah, la ensalada. Le dije que me iba a hacer ensalada de pepino y me hizo una cara rara, pero bueno, tengo que arriesgar mi paladar. "¿Y con qué me lo hago? ¿Ensalada de pepino con pepino?" le pregunté a mi mamá salvadora. "Fijate algo que te guste". Qué amplia respuesta, mami. El tomate no me encanta pero lo puse igual. Corté medio pepino en rodajitas, medio tomate, un huevo, y le puse un pedacito de queso cremoso. Ves, Rich: ensalada sin huevo y queso no. Por eso y varias cosas más no podría ser vegana. Cuando terminé de cortar todo, llamé a mi mamá que le estaba dando de comer a mi hermanito y me la condimentó. Así que me fui a sentar al sillón, al lado de Paul, a ver el segundo tiempo del partido, con mi ensaladera. Y podés creer, Richard, que me encantó. No, yo no puedo. Pero es riquísimo. Al pepino le sentí un gusto muy familiar y después me di cuenta que es como sandía sin azúcar. Lo voy a tener en cuenta, y después de todo lo que acabo de escribir, me di cuenta que me contradije con todo lo de la entrada anterior. ES QUE NO CONOCÍA LA ENSALADA DE PEPINO.
Cambiemos rotundamente de tema.
Hoy vino a almorzar a mi casa una pareja amiga de mi mamá y Paul. (ya es hora de que lo presente... Paul es su marido). Y entre los dos hicieron una salsa para comer con fideos. Divina la salsa. Cebolla, pimiento, tomate, laurel, romero, qué se yo que hierba más, y CARNE PICADA. Me hubiese gustado ver mi cara cuando me paré al lado de la olla, miré a mi mamá y le dije "La salsa tiene carne". Mi mamá abrió los ojos grandes, y miró a Paul, buscando complicidad, o decirme algo para hacerme sentir bien, no sé. "Aaaaaay Can, perdón, te juro que no me di cuenta, ni lo pensé", dijo mi mamá. Automáticamente, Paul dijo "bueno, se puede separar, mirá hacemos así..." No sé qué dijo, no sé. Pero fue algo sin sentido porque es imposible separar la salsa de la carne picada, es como querer sacarle la cebolla.
En fin, después de muchas vueltas, disculpas de mi mamá, e intentos de sacar salsa sola, terminé comiendo fideos con queso rallado. Tristes, pobres, insípidos, solitarios fideos. Tristes como yo.
El mundo no nos tiene en cuenta, Richard :c
Me voy a dormir porque estoy muy cansada y mañana rindo biología.
Saludiiis.
Cher.
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